Empieza a tomar forma una idea.
Cómo todo en la vida este proyecto tiene un comienzo.
Un día en que por mero entretenimiento, en aquellos paseos que me obligaba a realizar por cuestiones de salud, quise pintar un cuadro con lo que veían mis ojos. El teléfono móvil se convirtió en herramienta necesaria para que yo fuera cazadora de esos momentos, cazadora de colores.
Escuché que en sus comienzos se pensaba que al fotografiar te apropiabas con el ser de las cosas. Y empecé a llenar mi cofre del tesoro con mares, colores, soles y lunas. Y a la vez mi ser fue enriqueciéndose con las sonrisas que me provoca cada captura.
Y poco a poco, desde ese comienzo, hace años, se fue formando la concha de esta Chocha, armadura que va guardando lo que es mi vida. Cada foto un momento, un recuerdo, una vivencia.
El tiempo en el rebalaje le ha dado sal a mi vida, salud a mi sistema inmune y paz a mi alma. Tan abundante, que se me escurre cómo la arena entre las manos, y que me ha convertido a esta tipa de tierra adentro, de tierras de olivares y cereales, en amante del mar y de la vida ensalitrada.
aidra